Pensar que Xabi Alonso podría transformar al Real Madrid en solo cuatro días es un espejismo, una ilusión típica del fútbol moderno. La realidad es más compleja: el verdadero cambio no se mide solo en resultados, sino en la construcción de una identidad de juego que requiere tiempo. Su llegada no es una varita mágica; el fútbol es un deporte lleno de matices que se perfeccionan con la confianza y la experiencia.

«Estamos en un proceso», dijo Xabi tras el empate contra el Al Hilal en su debut en el Mundial de Clubes. Aunque se notan ideas claras, como un juego más combinativo, se necesita tiempo para dejar atrás lo aprendido con Carlo. Courtois también lo reconoció: «En cuatro días no puedes cambiar todo».

El Madrid de Carlo se basaba en un bloque bajo y salidas rápidas, mientras que Xabi busca un estilo diferente: recuperar y cuidar el balón. «A veces es mejor tener la posesión y abrir huecos», comentó Courtois. En la primera parte, el equipo careció de fluidez e intensidad, pero mejoró en el segundo tiempo, logrando un mejor control del juego. La clave está en aprender a andar antes de correr. 

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