El Santiago Bernabéu vivió una tarde inolvidable al despedir a dos leyendas: Luka Modric y Carlo Ancelotti. No fue una final ni un título, sino un homenaje lleno de emoción y respeto. La despedida de Modric, sustituido a cinco minutos del final, hizo que todo el estadio se pusiera en pie. Con lágrimas en los ojos, caminó entre sus compañeros, incluido Toni Kroos, quien lo esperaba con los brazos abiertos, simbolizando el cierre de una era.
El acto, que contó con la presencia de la familia de Modric, estuvo lleno de ovaciones. Al finalizar el partido, se proyectaron dos vídeos: uno para Ancelotti, el arquitecto de tantas noches mágicas, y otro para Modric, el genio que dejó huella. Ambos tomaron el micrófono en el centro del campo. Ancelotti agradeció al club y a la afición, mientras Modric emocionó a todos con su famosa frase: “No llores porque se acabó, sonríe porque sucedió”.
El presidente Florentino Pérez también se mostró conmovido. En la televisión del club, Ancelotti expresó su orgullo por su etapa en el Real Madrid, recordando momentos inolvidables y cerrando con un «Hala Madrid». Así, se despidieron dos grandes del fútbol, dejando una huella imborrable en la historia del club.
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