**Roberto Palomar**
**Actualizado 23/06/2025 – 05:24 CEST**

El Madrid de Xabi Alonso, en esta etapa inicial, no es un modelo de virtudes tácticas ni cuenta con automatismos bien establecidos. Xabi ha llegado con un enfoque directo y aún está en busca de su estilo. En su segundo partido, la expulsión de Asencio a los ocho minutos complicó aún más su debut. Sin embargo, el equipo se adaptó y respondió.

Asencio, al intentar ser el héroe, dejó a sus compañeros en una situación complicada. El Pachuca aprovechó los espacios, pero tras la expulsión, el Madrid tomó el control del juego. El equipo asumió la responsabilidad y no quería dejar mal a su nuevo entrenador. Xabi hizo ajustes, colocando a Tchouaméni en defensa, y el equipo se movió con más intensidad, mostrando activaciones que no se habían visto antes. La calidad individual brilló y el Pachuca, que no estaba mal en ataque, se vio superado.

Xabi dejó claro que algunos jugadores tendrán que esforzarse más, como Rodrygo, mientras que Güler busca un lugar en el equipo. Huijsen y Gonzalo también se hicieron notar, y Valverde demostró su versatilidad. Courtois sigue atento y Vinicius, cuando se enfoca, puede cambiar el rumbo del partido. A falta de automatismos, el compromiso del equipo es un buen comienzo.

Por otro lado, Cazorla ha tomado un camino admirable. En lugar de retirarse tras una carrera llena de éxitos o buscar el dinero fácil, decidió llevar al Oviedo a Primera división a sus 40 años. Su hazaña es digna de reconocimiento, y su pasión por el fútbol es un ejemplo a seguir. La próxima temporada debería ser un homenaje a jugadores como él, que juegan por amor al deporte. 

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